El interior de Andalucía es tan variado como impresionante. Especial mención merece el macizo montañoso entre Málaga y Cádiz con sus pueblos blancos. Ya desde lejos el viajero distingue los puntos blancos en laderas y barrancos poblados de encinas y pinos. Muchos pueblos tienen castillos que dan testimonio de su pasado musulmán. Son los pequeños detalles los que confieren su carácter particular a cada uno de los pueblos. Callejones empinados y estrechos, pasadizos que dan acceso a cuadras y viviendas, pies de amigo que sustentan las fachadas y tejados rojos sobre muros recién enjalbegados son típicos de todos los pueblos. – Ir a vivir
Grazalema
Setenil de las Bodegas
Zahara de la Sierra